miércoles, 8 de febrero de 2012

La escalera (repeticiones)

La escalera que subo y llevo subiendo, ciega y sin razón, todos los días. Ya no cuento los peldaños ni recuerdo los saltados. La escalera que, a veces, me sorprende y se vuelve una espiral que me marea y me deja tan confusa que me frena por un rato. La escalera interminable y tan cansada, tanto que me ayudo con los brazos cuando mis piernas se duermen y no quieren responder. La escalera que cuando me aburro, salto por ella a la pata coja o caminando del revés, dejando de ver escalones que, difusos, convierten la escalera en una rayuela mal pintada en la que ya no hay números. Me gusta, porque siento que su propia estructura avanza conmigo- No siempre subo lo mismo y, a zancadas, acabo de puntillas en la escalera de tus pestañas, que sorteo como puedo para dirigirme, casi dejándome llevar, a la escalera de un piano. Y disfruto del sonido de mis pasos al pisar cada peldaño y, con el ritmo, acabo bailando mientras sigo mi camino. De tanto en tanto miro para abajo y presa del vértigo corro buscando el final. Otras veces me encanta la escalera, que se vuelve de color y me hace ganar la mano y el miedo que sentía desaparece porque, si caigo, volveré a subir por ella aun sin sacar un buen número con los dados. Conozco escaleras de humo, de minutos, en tus caderas y la escalera que bajas cuando lees los versos de un poema. No siempre es bonita, pero tampoco fea. Y da igual que sea vieja, le falte un escalón o tenga barandillas porque, sea como sea, siempre esta ahí la escalera.

2 comentarios:

Irene P. dijo...

Bueno Pura, echo de menos los punto y aparte, pero lo he copiado tal cual lo encajé en la hoja que nos diste :)

Pura dijo...

Pero te ha quedado muy bien y se notan con claridad las repeticiones. Me gusta mucho el resultado.